lunes, 5 de diciembre de 2011

LA NAVIDAD




Dios se ha hecho hombre.
Este es uno de los aspectos centrales de la Navidad. Viene  resaltado por casi todas las lecturas y por los textos de oración: "Ha aparecido la gloria de  Dios:, "la aparición gloriosa del gran Dios y Señor nuestro JC" (Tt 2. 11-14), "ha aparecido la  bondad de Dios" (Tt 3. 4) y, sobre todo, el prólogo del evang. de s. Jn cuya lectura no  debiera omitirse.



Por eso, la actitud espiritual que debemos avivar entre los fieles en esta fiesta es la  alabanza gozosa y la acción de gracias porque el Verbo de Dios, la Palabra que creó todas  las cosas, se nos ha manifestado como una gran luz y ha acampado entre nosotros, se ha  hecho uno de nosotros. En este sentido iría bien hacer una lectura reflexionada del prefacio  II de Navidad.
-La divinización del hombre.
Es la contrapartida. Porque el misterio de estos días se  expresa en términos de intercambio: Dios se ha hecho hombre para que nosotros seamos  dioses. Es decir, para que nosotros nos hagamos partícipes de la naturaleza divina.  También éste es un motivo de acción de gracias del que la asamblea debe ser consciente.  La Iglesia, sobre todo la oriental, es muy consciente de que, desde el momento mismo de la  encarnación, lo humano ha sido reconciliado con lo divino, y la alianza de amor de Dios con  el hombre ha sido restablecida para siempre.

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